
Una de las primeras claves de un crítico de arte es que NUNCA LLEGA TARDE. Si un texto se pide para un lunes a las 9 de la mañana hay que mandarlo a las 8,30. Todo lo demás es no solo ineficaz sino algo que hace que ni siquiera tenga que ser despedido del trabajo. No habría comenzado a hacerlo. Por tanto, chicos y chicas, vamos de una vez con las críticas, sin miedo y con toda la prisa del mundo. En caso contrario alguien puede actuar contra el francotirador.
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